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Dicho sea de Paso

by Ángel "Nihil"

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1.
[Un bocado más] Y hambre encontró a ganas de comer. Ambos condenados a coincidir con el tiempo, siguiendo el olor el uno al otro en el viento, marcando cada uno de los sitios donde coincidían al azar. Sin nada que los sacie, condenados a buscarse, sin nadie que los calme, condenados siempre a morderse todas y cada una de las cicatrices que marcaron todos y cada uno de sus dientes. Ambos mudos, sin oídos, sin vista y sin tacto; solo el gusto por sus carnes ya conocidas desde hace tanto. Y aun mordiendo tierras vírgenes solo miran culpa en los ojos, consuelo de niños jugando a ser mayores, deshaciéndose en jirones, son la carne que muerden viejos amores y el sabor a sueños rotos. Ni la distancia puede librarlos de más mordiscos envenenados, los que dificultan seguir cada uno su vida, lejos de sus deseos agotados. Y adiós, piel entre dientes, posible felicidad, ya decidieron desafiarse a sí mismos volviendo un bocado atrás. Condenados a su sabor, dando un bocado más y sin nada que temer, volvieron a saciarse juntos el hambre y las ganas de comer.
2.
[Miles de cosas] Miles de cosas pasan por mi cabeza ahora mismo tambaleándolo todo a modo de seísmo, no se cual será cierta o cual una mera quimera pero si digo que de mi vida entera me quedo con lo que sueñe con los ojos abiertos. Puede que esté despierto mientras otros parecen dormir y qué más puedo hacer o decir aparte de repetir que lo que yo siento y veo no coincide con la mayoría de deseos del mundo a mi alrededor. Sabes de mí tan solo esquirlas, fragmentos, curiosidades y pequeños movimientos en los que me dejo hacer saber y creo creer que no es posible conocer lo que mora dentro de uno cuando se agolpan acotados todos los pensamientos que huyen por momentos a través de mi garganta ajada. Y esputaré una carcajada siempre que me lo proponga y no deje que se me imponga el toque de queda obligado a vivir. Vive, ríe, advierte tu alrededor, decóralo con color, disfruta del tema que, con premura y temor, angosta el tallo de tu risa. Miles de cosas se agolpan estrellándose contra mi voz, es el inaudible hedor de hechos a contraluz. Y siempre me sitúo en el mismo punto de partida, donde el juego esta empezado y solo conozco mis propias reglas. Te niegas a comprender cómo simplemente encajo todo como si el puzle estuviese hecho a la medida de mi propio corazón. No te soporto, tú y tu manía maniatada de etiquetar todo como si fuese comida en la nevera, como si el orden de los factores no alterara el producto, como el producto alterado de cosas que no dije y, como ahora te digo, no puedes limitarlo a tu absoluto punto de vista. Miles de cosas que nunca verán la luz, miles de cosas que ya sabes tú, miles de cosas donde mi conciencia no tiene pesar a pesar de soportar sepultada la presión bajo el alud de la culpa que hiberna dentro del ataúd de tus más muertos anhelos.
3.
[Momento] 02:02
[Momento] Si bien en tus ojos veo las ganas que a mi también me recorren, no importa acaso cual sea el motivo, no hay nada que pueda unir lo que gritan nuestros ojos cuando enlazamos la mirada del deseo. Ni el tiempo ni la casualidad ni la suerte ni ninguna de esas supuestas deidades inventadas por el ser humano para eximirnos de culpa ha querido conceder caprichosamente el momento. Y pasan los años y aun en tus ojos veo el reflejo de mis labios; y pasan los años y aun quedo tentado cuando el viento azota tu pelo y tu olor despierta la primavera de mis sentidos; y pasan los años y nada ha cambiado entre las hojas marchitas del otoño. Ambos jóvenes de ganas y con viejos deseos que no pueden ser deseados. Entretejo mis dedos siempre entre los tuyos cuando salen a bailar nuestras sonrisas y aun así, es no querer hacer posible lo que debemos conservar como imposible. Impongo desde el principio no hacer nada que rompa ni los tuyos ni mis principios, amarro todo mi deseo con la cuerda tejida con el respeto y siempre permaneceré colgando al borde del precipicio de tu boca, siempre muy cerca del horizonte de sucesos de tus labios... y la gravedad es realmente fuerte... y la cuerda se debilita con los años. Y pasará tal y como lo deseamos desde siempre y en el momento que menos esperemos que sea, en el instante donde la casualidad hace las paces con el presente y el azar nos invita a beber de la copa que sacia la sed de nosotros; en el instante que suceda la desaparición del horizonte y la cuerda al romperse serpentee enredando nuestras cinturas; en el instante en que bailen de nuevo juntas nuestras sonrisas, los dedos vuelvan a entretejerse y se prenda en llamas el enlace de nuestro ojos; justo en el instante en el que el tiempo decida detenerse para congelar el eterno segundo que construya nuestro único momento.
4.
[Testigo de la ira] Siento como cala, como colma la calma el colmo de la ira, como fluye el instinto homicida contra uno mismo cuando se analiza al detalle todo error y su simbolismo con sabor a terror en el propio corazón. Oigo palabras instadas a la calma, colmenas de insultos se agrupan a mi vera y, entera entereza erguida mantiene la ira aún haciendo un llamamiento a la paciencia escondida en lo más recóndito de mi alma. Quiero aclarar que toda palabra tiene su consecuencia, hace constancia la esencia que plasma cada silaba susurrada o gritada, escrita o impresa, empañada de verdad o ahogada en mentira. Ahí vuelve, la ira, la dueña de mi mente, la ama de mi cuerpo, la energía latente que bombea mi corazón envenenado y este queda embelesado por la idea de golpear cada palabra que he masticado con los puños cerrados. Como código Morse en las venas, recorre la pena tornada en angustia en el trasvase de cada arteria que intenta depurar cualquier intento de contener la histeria que dejaría liberar el aliento donde mi ira reina. Me sujeto con las razones más impensables, razones alteradas, alterable ante las situaciones que cargan el cartucho del odio cuando cae el lápiz contra el papel y tiñe de negro desprecio negro con negras intenciones negras de negras lágrimas negras de ira y pena y más ira. Ahora simplemente comprendo en qué consiste cargar con este sentimiento. Es un atentado contra el propio ser, el juicio inusitado de castigarte por nacer, el odio desvirtuado hacia la propia vida de uno, hacia su manera de querer, pues no es tan cierto que se parece el amar y el ser amado como lo hace realmente el odiar y ser odiado, el odio y desvanecerse perdiéndose por completo en él.
5.
[Podría decir] Podría decir que el fuego abrasa arremetiendo contra las inmensidad de mi alma. Podría decir que el mar engulle el brillo del sol que necesitan las flores de mi pecho para crecer. Podría decir que mi ilusión es un castillo en ruinas por culpa de perder la guerra entre tu corazón y el mío. Podría decir que un huracán ha devastado todo el bosque que puebla la tierra de mi pecho y ha llovido sal sobre esas cicatrices de una tierra ahora yerma. Podría decir que hubiese perdido si aseguraba que amanecería mañana despejado y en cambio me he encontrado con el diluvio de mi universo en fragmentos tan pequeños que se pierden como el polvo entre mis lágrimas. Podría decir que he perdido la lente que enfocaba todo con colores vivos y ahora como un perro perdido solo aúllo a la luna viendo en el cielo negro con un gris fundido. Podría decir que fui sujetando el corazón en la mano mientras con la otra intentaba sujetarme a lo que quedaba de mí en el abismo... y tuve que elegir: si arrojarme todo yo o solo a él al precipicio del olvido. Podría decir que entre los agujeros de mi pecho ya no anidan ni los gusanos que alimentaban a los pájaros que antes vivían ahí y hacían nido. Ahora ya no hay alas desde que han desaparecido. Podría decir que mi voz ha olvidado ciertas notas y se ha dejado oxidar por el polvo y sus motas, por las lágrimas y sus gotas, por partituras rotas que ya no entienden la melodía de la alegría. Podría decir que mi piel sin tu piel no es más que un andrajoso atillo colgado del palo de los golpes de la vida que contiene los restos que he conseguido guardar de cuando fuimos nosotros y no solo yo. Podría decir que he perdido parte del sentido del gusto, que hice mal en sustituir por ti el sabor del dulce y ahora solo me queda el amargo para intentar recordarte. Podría, pero no quiero. Me niego a admitir que parte de mí se quedó atrapado en ti. Que ya no soy un puzzle completo o un acertijo con solución. Que ya no siento dentro del vacío de mi corazón. Me niego a aceptar algo que no es verdad, algo que me aleja de la realidad, algo que solo me susurra mi dolor al oído para intentar justificar su propia existencia y quedarse a vivir conmigo. Podría decir todo esto pero estoy tratando de dejar de mentirme cuando el dolor tiñe mi reflejo en el espejo donde no veo hacia donde voy pero si de donde vengo. Podría, si, pero ya no quiero. Podría, sí, pero yo aun me quiero.
6.
[Tonos verdes] Pasión, enredos, sus manos, mis dedos... Si, por fin nos hemos cogido del brazo paseando en público y dejar de hacerlo solo en privado. A ella no pueden verla haciendo lo que no debe hacer una mujer de bien y yo tengo que poner todo el esmero en ser un perfecto caballero siguiendo al pie la educación tan excelente que a ambos nos dieron. Como era de esperar, cuando el ambiente se humedeció se puso dura, pero que muy dura la situación. Sin paraguas que nos resguardase nos corrimos a encontrar un lugar que nos refugiase. Al llegar allí, sin pensarlo dos veces, la abrí. De dentro saqué dinero para comprar un billete en el cine, ponían una reposición del cine clásico del oeste que era sublime. A ella le encantó, sobretodo ver cómo la sacaban y disparaban a todo su alrededor. Yo disfruté comiendo de lo que ella me ofrecía, yo pagaba la entrada asique ella compró palomitas porque le apetecían, algo saladas y se me quedaban restos entre los dientes y encías... "Que molesto" le decía mientras escupía algunos de sus restos. Llegados el momento decidimos hacerlo por detrás, ella no estaba segura pero la convencí antes de entrar en discusión, era la mejor forma de salir al exterior. Fui precoz, con un sonoro alarido paré un taxi y me puse a hablar con el conductor. "Hacia el parque" dije, y él obedeció. "Una mamada", gritó ella mientras señalaba a una dama borracha que desde la ventana del taxi veíamos que se tambaleaba. Reímos mientras llegábamos a nuestro destino. Marcha atrás rápidamente y el taxi aparcó junto a la acera del parque perfectamente. "¿Cuanto cobras?" le pregunté sacándomela del pantalón, "serán unos treinta" dijo parando el contador. Abriendo la puerta nos sentamos cerca de una fuente que tenía un escalón. De rodillas entre mis piernas ella se colocó inquieta a frotar cerca de mi bragueta, parecía que, después de un rato, por fin que saliese conseguía, pues con tan mala suerte me manche en el cine con la grasa de las palomitas. Parecía que le dolía y con razón porque se le había clavado una piedra en la pierna cuando se había arrodillado. Levanté su falda y besé su raja, la acaricie alrededor esperando que le aliviara. Su expresión cambió de dolorida a satisfecha pues con mi buena acción había aliviado el escozor de aquella rajita abierta y estrecha. Ya no sangraba y no parecía dolerle, ambos nos mirábamos a los ojos agradecidos estaban de conocerse. De ambos era la primera vez, me refiero a la primera cita que habíamos tenido, todo tan inocente y a la vez con tanto doble sentido.
7.
[Showtime] 00:56
[Showtime] Mírame, solo soy un simple payaso que nace con tus carcajadas, el labrador de circo que usa la azada en el huerto de tu risa, quien se alimenta de tu sonrisa y hace malabarismos por el suelo que pisa para no caer de la cuerda floja que hay en la cornisa que comunica con tu boca. Mírame, soy el que habitaría con gusto en la carpa de tu falda y domaría los leones de tu deseo, jugaría con fuego y me convertiría, si me lo pidieses, en hombre bala para salir disparado al escenario donde toca la orquesta de tu pecho. Mírame, soy el arlequín de tu trono que entretiene la desidia del gobierno de tu corazón haciendo acrobacias que desafían la gravedad y así mostrarte que, hasta alguien que cubre su rostro, es capaz de volar. Que volar tiene más que ver con perder la vergüenza y hacer lo que deseas que con levantar los pies de la tierra y dejarse llevar por el capricho del viento. Mírame. Tan solo mírame, que ya me encargo yo de que empiece el show.
8.
[Reincidente] Me confieso un reincidente de tus bragas, un suicida del fondo de tu humedad, un suspiro que se escapa entre tus labios con los ojos entreabiertos y la mirada al infinito buscando un paraíso del que solo has oído hablar, un cuento sin final de perdices, un chiste que trae nostalgia en vez de risa, una canción sin letra para recordar, un sedal con el anzuelo en forma de interrogante que agarra las dudas y las extirpa de ese océano tan en tormenta que eres cuando yo soy. El susurro de una brisa que trae consigo tempestad, una amistad que siempre te moja cuando te anuncio al oído lluvia, esa cerveza rubia que se vierte en tus labios aunque seas más de vino y, como vino, se fue el testigo que daba testimonio de que anoche a ti el amanecer te sobraba mientras aún continuaran tus labios haciendo eclipse con tus dientes al mordértelos. Me confieso culpable del hechizo y de derramar mi último saco con los pocos polvos mágicos que aún me quedaban en el bolsillo del abrigo.
9.
[Mintiendo de verdad] Resulta que no todo es lo que parece, que una mentira no es tan mentira solo porque no nos guste la verdad de lo que se nos dice. Que una verdad a medias siempre es una verdad que busca completarse pero que por miedo hay una parte en ella que no deja de ocultarse. Que una mentira piadosa no tiene piedad sino cobardía y una verdad absoluta sigue la misma filosofía. Que la verdad de la buena pocas veces es buena verdad si se ve condicionada por el qué dirán y una mentirijilla tiene el mismo mecanismo de una mina antipersona: no la ven, la pisan y te estalla con toda su fuerza en la cara. Que una verdad dicha en broma no tiene gracia sino sinceridad y una mentira pensada pero no dicha también es otra forma de engañar. Que el fin no justifica los medios sino que mella el final, que poca gente esta dispuesta a acabar algo que no quieren haciendo uso de la verdad. Que hay quien te miente de verdad o te cuenta una verdadera mentira, de esas donde la traición es un cuchillo con la punta en tu espalda ya metida y, una vez clavada, brota vertida la sangre de la decepción entre las costuras de la confianza rota y destejida. Digamos la verdad aunque sea mentira, mintamos a la propia mentira para que pruebe el sabor de una verdad bien dicha por una vez en nuestras vidas de verdad, que también parecen ser de mentira.
10.
[El reverso de un verso] La cosa iba de besos, o quizá de versos, cuando se enrevesó cada versión de los hechos que vi dispuestos a besarse entre ellos y versarme a mí, o quizá era al revés. Tal y como es el reverso de una hoja escrita apretando el lápiz con los dientes y apoyando los labios en cada punto y aparte, así se marcan besos entre versos, saliva entre prosa, que deprisa hace que corra un estúpido velo entre una sonrisa y mil lágrimas de derrota, o quizá era al revés. La cosa, cuando va de versos, son versos que entablan batalla entre besos que eran tuyos y fueron robados, en quedarse maniatado al borde de la cornisa de un rascacielos, tan alto como el ego y tan frío como una frívola sonrisa; donde espera al fondo la multitud a que caigas por el propio peso de tus botas, aquellas que notas que más que de cuero o lona, son de cemento, o quizá era al revés. Y no miento cuando digo que, entre un verso y un beso, me quedo en medio, como la transición de la nostalgia al recuerdo, de la angustia a la felicidad o de la soledad a unos labios, o quizá era al revés. Y es que el reverso de un verso siempre trae consigo un beso que te deja del revés.
11.
[Paciencia] 00:48
[Paciencia] Paciencia, es lo que me grita mi conciencia al hallarse desatada la furia de la frustración. Paciencia dice y yo respiro hondo analizando despacio el motivo en cuestión. Paciencia me reclama y suena una alarma que despierta toda esa ira que tenía bajo contención. Paciencia me ruega pero no llega el mensaje a mis oídos y mi mente se nubla perdiendo el control. Paciencia me llora, paciencia me suplica pero ya es tarde pues es mi boca la que réplica sin consentimiento de mi mente, son mis actos quienes se inclinan mas por soltar el veneno que llevo dentro que por digerirlo consintiendo. Paciencia es lo que se ha perdido y hoy estoy sumido en la vorágine de aquél que ya no tiene cielo que cobije la tormenta que pienso desatar. Paciencia, en tus aguas ahogaré mis gritos mientras poco a poco te secas.
12.
[Nubes negras] Hallo horror en el color al igual que en la diversión encuentro hastío, descubro miedo en el concepto de amor, un amor que ya no considero como mío. Si bien donde antes había existido calor ahora tan solo encuentro frío, ya no veo luz en ningún farol ni en mi corazón siento latido. Altivo, activo, sonoro y frágil, me siento cautivo por los desvaríos de una mente ágil. Y es tan frágil el marfil en la inmensidad del cielo que tallo, a golpe de cincel para conseguir que con un único grito se escape lo que ahora callo. Y viene como agua de Mayo sólo que tarde porque ya es Diciembre, son nubes negras de gran tamaño que en vez de agua descargan con fuerza la nieve. Y quema con su frío, con el hielo del anhelo, con el pensamiento claro que trae siempre de la mano un desvarío. Salud enferma y sonrisa apuntando al suelo, una confianza que merma al saber que gasté todas las balas en mi último duelo. Aquí estoy, de pie bajo el cielo, me sacudo el pelo y me río en la cara de mis propias penas, al fin y al cabo y con el tiempo pasarán de largo lo que son simples nubes negras.
13.
[Desetiquetado social] Es un todo el alrededor con la misma etiqueta. Aquí, este jeta, se siente careta postiza del entorno en el que se encuentra. Parece que solo cuenta sujetar el cuello con corbata y protocolo, así que llamadme loco por no ahogar mi aliento con el esperpento de la elegancia social. Me miran mal solo por no lucir el mismo pelaje de animal de corral perfectamente adiestrado en el dogma social enseñado. Que cansado estoy del envase y que poco se habla del contenido, no les es posible diferenciar alguien bien avenido si no va bien vestido. Así os digo, que si arrancáis el traje elegante solo veréis hueso sin carne, sin nada más que una bonita corbata o un lazo en la cabeza para adornar un envase que nadie se ha molestado en llenar. Y tú, dime, ¿Eres dueño o esclavo de tus zapatos?

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Dicho sea de Paso es la recopilación de todos los textos desde 2016, inspirados en mis vivencias. Todo lo aquí escrito y recitado es un fragmento de mi vida que quiero compartir con quien quiera oírlo.

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released December 20, 2016

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Ángel "Nihil" CM, Spain

Mi nombre es Ángel y soy poeta además de graduado en Ingeniería Informática.

Todo lo que escribo son fruto de pasajes de mi vida, algunos fríos y otros cálidos. Escribir me proporciona la manera de gritar al mundo lo que siento porque nada triste carece de belleza ni nada alegre debe no ser gritado con fuerza. ... more

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